QUIMERAS MODERNISTAS
MARIO PANI Y GUILLERMO ZAMORA: ARQUITECTURA, IMAGEN Y PROYECTO DE MODERNIDAD EN MÉXICO
ARQUITECTURA
Revista de Arte
12/12/20254 min read


El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Museo Nacional de Arquitectura, presenta la exposición Quimeras modernistas. Mario Pani y Guillermo Zamora, una muestra que propone una lectura crítica y compleja del legado de la modernidad arquitectónica en México a partir del diálogo entre dos figuras fundamentales del siglo XX: el arquitecto Mario Pani Darqui y el fotógrafo Guillermo Zamora. Lejos de una revisión celebratoria o nostálgica, la exposición se sitúa en un punto de tensión entre proyecto, imagen y memoria, invitando a reconsiderar los alcances y contradicciones del ideal moderno en el contexto urbano mexicano.
La noción de “quimera” resulta especialmente reveladora: remite tanto a la potencia imaginativa del proyecto moderno como a su carácter utópico, inacabado o incluso fallido. En este sentido, la exposición no sólo revisita obras emblemáticas, sino que reflexiona sobre el modo en que la arquitectura moderna buscó transformar la vida cotidiana, organizar el territorio y modelar nuevas formas de convivencia social.
Mario Pani Darqui ocupa un lugar central en la historia de la arquitectura moderna en México. Formado en la École des Beaux-Arts de París, Pani supo articular las influencias del urbanismo europeo y del funcionalismo internacional con las condiciones sociales, políticas y económicas del México posrevolucionario. Su obra se desarrolló en un momento en el que el Estado asumía un papel activo en la planeación urbana y en la provisión de vivienda, concibiendo la arquitectura como una herramienta para el progreso social.
Pani fue un firme promotor de la vivienda colectiva y de los grandes conjuntos habitacionales como respuesta racional a la expansión urbana y al crecimiento demográfico. Proyectos como Ciudad Universitaria, el Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA) o el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco no sólo redefinieron el paisaje de la Ciudad de México, sino que encarnaron una visión integral de ciudad: espacios habitacionales articulados con servicios, áreas verdes, equipamientos culturales y una lógica de orden funcional.
La exposición se apoya en el valioso archivo personal de Mario Pani, resguardado por el Tecnológico de Monterrey y reconocido por la UNESCO como parte del Registro Memoria del Mundo. Este acervo permite acceder no sólo a los resultados construidos, sino a los procesos de pensamiento, planeación y negociación que dieron forma a sus proyectos. Planos, fotografías, documentos y materiales de trabajo revelan la arquitectura como un ejercicio colectivo y político, profundamente vinculado a las aspiraciones de modernización del país.
Quimeras modernistas pone de manifiesto que la modernidad arquitectónica en México fue tanto una promesa de bienestar como un campo de tensiones. La racionalidad funcional, la estandarización y la confianza en el progreso técnico convivieron con realidades sociales complejas, desigualdades persistentes y procesos urbanos que desbordaron las previsiones originales.
Desde esta perspectiva, la exposición invita a revisar críticamente el legado de Pani, entendiendo sus proyectos no sólo como hitos arquitectónicos, sino como experimentos sociales. La vivienda colectiva aparece aquí como un ideal moderno que buscó dignificar la vida urbana, pero que también enfrentó desafíos en su mantenimiento, apropiación y transformación a lo largo del tiempo.
El segundo eje de la exposición lo constituye la obra de Guillermo Zamora, figura clave en el desarrollo de la fotografía arquitectónica en México. Más que un mero testigo de la arquitectura moderna, Zamora fue un intérprete visual capaz de traducir el lenguaje arquitectónico en imágenes de gran fuerza estética y conceptual.
Sus fotografías de los proyectos de Mario Pani capturan con precisión la geometría, la escala y el orden compositivo de los conjuntos urbanos, pero al mismo tiempo introducen una dimensión poética. A través del encuadre, la luz y el contraste, Zamora convierte la arquitectura en un campo visual donde se revelan tanto la monumentalidad del proyecto moderno como su relación con el cuerpo humano y el espacio cotidiano.
Las imágenes de Zamora no se limitan a documentar; reinterpretan. Al aislar volúmenes, enfatizar ritmos repetitivos o jugar con la abstracción, el fotógrafo propone nuevas lecturas de la obra arquitectónica. En este sentido, su trabajo evidencia cómo la fotografía participa activamente en la construcción del imaginario moderno, contribuyendo a fijar una determinada imagen de ciudad y de progreso.
Uno de los mayores aciertos de Quimeras modernistas es plantear la arquitectura y la fotografía como prácticas interdependientes. La exposición subraya que gran parte de la manera en que hoy comprendemos la modernidad arquitectónica se debe a su representación visual. La fotografía no sólo preserva la obra, sino que la resignifica, la interpreta y la inscribe en la memoria colectiva.
El encuentro entre Mario Pani y Guillermo Zamora permite explorar cómo la modernidad fue construida tanto desde el proyecto arquitectónico como desde su difusión visual. Este diálogo revela la dimensión estética, social y simbólica de los conjuntos urbanos, así como la manera en que fueron pensados para ser vistos, habitados y recordados.
Presentada en el Museo Nacional de Arquitectura, Quimeras modernistas adquiere una relevancia particular en el contexto contemporáneo, marcado por debates urgentes sobre vivienda, densidad urbana, espacio público y derecho a la ciudad. La exposición invita a reconsiderar el legado de la modernidad no como un modelo cerrado, sino como un archivo vivo que puede ser interrogado desde el presente.
Entre la utopía y la realidad, entre el ideal funcionalista y las transformaciones sociales, la muestra propone una reflexión sobre la vigencia de la arquitectura moderna en México. Al activar el archivo y ponerlo en diálogo con la imagen fotográfica, Quimeras modernistas abre un espacio para pensar la ciudad como un proyecto en constante revisión, donde la memoria, el diseño y la vida cotidiana se entrelazan.






