GRACIELA ITURBIDE

LA FOTÓGRAFA QUE REVELÓ EL ALMA DE LO MEXICANO

LITERATURA

Revista de Arte

7/25/20254 min read

Una monografía imprescindible sobre la vida y obra de una de las grandes artistas visuales de América Latina, Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942) es mucho más que una fotógrafa: es una cronista visual de lo intangible, una viajera espiritual que ha convertido su cámara en un medio para mirar el mundo con profundidad, sensibilidad y poesía. Considerada una de las figuras más relevantes de la fotografía latinoamericana y universal, Iturbide ha desarrollado una obra que cruza fronteras geográficas, culturales y simbólicas, siempre con el ojo atento a las contradicciones de la vida, a la belleza de lo cotidiano y al misterio que se esconde en lo aparentemente simple.

El libro Graciela Iturbide, coeditado por la Fundación MAPFRE y la editorial RM, es un homenaje visual y crítico a esa mirada única. Esta edición, cuidadosamente curada, reúne 200 imágenes que ofrecen una de las más completas exploraciones de su trayectoria artística. El volumen no solo reúne sus obras más emblemáticas, sino también aquellas poco difundidas, revelando la riqueza y complejidad de su lenguaje visual. Publicado con motivo de tres grandes exposiciones en Estados Unidos —el International Center of Photography (ICP) en Nueva York, el San Francisco Museum of Modern Art (SFMoMA) y el San Diego Museum of Art (SDMA)—, el libro confirma el estatus internacional de la fotógrafa y la actualidad de su obra.

Graciela Iturbide comenzó su carrera en los años setenta, influida por su maestro Manuel Álvarez Bravo, con quien trabajó como asistente. Desde entonces, desarrolló un estilo propio que se apartó del documentalismo estrictamente informativo y se inclinó hacia lo simbólico, lo espiritual y lo ritual. Sus imágenes no son simples registros: son visiones. A través del blanco y negro, ha sabido condensar el dolor, la resistencia, la fiesta, el silencio y la identidad de distintos pueblos y culturas.

Su obra más conocida incluye series fundamentales como Juchitán de las Mujeres (1979–1989), donde retrata a la comunidad zapoteca del Istmo de Tehuantepec; Los que viven en la arena, sobre la vida en el desierto de Sonora; El baño de Frida, donde documenta el cuarto de baño de Frida Kahlo en la Casa Azul, cerrado al público durante décadas, y La Mixteca, serie que testimonia las festividades y tradiciones indígenas del sur de México. Cada una de estas series muestra no solo una mirada externa, sino un compromiso emocional y ético con el otro.

La riqueza de Graciela Iturbide, el libro, radica en su doble propuesta: ser un catálogo exhaustivo y una lectura íntima. Las fotografías están acompañadas por textos de Marta Dahó y Juan Villoro —dos figuras clave en el análisis del arte y la literatura contemporánea—, así como por una cronología elaborada por Carlos Martín, que ofrece contexto y perspectiva sobre su desarrollo profesional y su reconocimiento internacional.

Marta Dahó, especialista en fotografía contemporánea, analiza la evolución formal y temática de Iturbide, subrayando cómo su lenguaje ha permanecido coherente en su exploración de lo sagrado, lo femenino, la muerte, la naturaleza y la transformación. Juan Villoro, en su característico estilo narrativo, aporta una lectura lírica y profundamente emocional de su obra, reconociendo la capacidad de la fotógrafa para “sacar a flote los símbolos dormidos de la realidad”.

Esta edición no solo documenta su obra: la celebra. Al reunir imágenes icónicas como Mujer ángel —la silueta de una mujer caminando en el desierto con una grabadora en la mano— o Nuestra Señora de las Iguanas —donde una mujer zapoteca porta sobre la cabeza varias iguanas vivas como una corona—, el libro revela cómo Iturbide ha sabido capturar metáforas poderosas de lo femenino, lo animal, lo ancestral y lo político, desde una sensibilidad visual profunda.

La obra de Iturbide tiene la virtud de mirar al pasado sin nostalgia y al presente sin cinismo. En su lente conviven la tradición indígena y la cultura urbana, los rituales antiguos y los signos contemporáneos, el duelo y la celebración. Su fotografía se inserta en una genealogía de la imagen latinoamericana que incluye a Tina Modotti, Álvarez Bravo o Nacho López, pero al mismo tiempo establece un diálogo con figuras del arte moderno y contemporáneo, lo que la ha llevado a ser reconocida fuera del ámbito fotográfico, en museos y espacios de arte conceptual.

El reconocimiento internacional no ha hecho que su trabajo pierda su raíz. Por el contrario, ha intensificado su deseo de mirar con respeto, de entrar en contacto con los otros desde una ética del encuentro, no del exotismo. Por ello, ha sido invitada a trabajar en países tan diversos como India, Japón, Estados Unidos o Madagascar, sin que su obra se diluya: siempre está ahí su estilo inconfundible, su composición sobria, su profundo sentido del tiempo.

Graciela Iturbide, el libro, es también una reflexión sobre el poder de la imagen en el siglo XXI. En un mundo saturado de fotografías banales, las imágenes de Iturbide nos recuerdan que el arte de mirar es, ante todo, un ejercicio de atención, de respeto y de amor por la complejidad del otro. Esta monografía no solo documenta una obra, sino que invita a volver a mirar con pausa, con detenimiento, con empatía.

Iturbide ha dicho en diversas ocasiones que la cámara para ella es un pretexto para conocer. Esa búsqueda constante es lo que le ha permitido crear un universo visual inigualable. El libro recoge ese universo con generosidad y sensibilidad, convirtiéndose en una herramienta indispensable para comprender no solo su obra, sino también la potencia de la fotografía como arte mayor.

Esta monografía es más que un catálogo o un homenaje: es una puerta abierta a una mirada que ha transformado la fotografía en un acto de descubrimiento poético y de reflexión cultural. Graciela Iturbide no solo es un libro para amantes de la fotografía, sino para todo aquel que quiera comprender mejor la diversidad, la espiritualidad y la belleza de América Latina desde la mirada de una de sus más grandes artistas.