EL FESTIVAL INTERNACIONAL CERVANTINO

UN PUENTE CULTURAL QUE CELEBRA SU EDICIÓN 53 LA HERENCIA DEL ESPÍRITU CERVANTINO

ESCENICAS

Revista de Arte

10/13/20255 min read

Cada octubre, las calles empedradas de Guanajuato se llenan de música, color, danza, luces y acentos de todos los rincones del mundo. Desde hace más de cinco décadas, el Festival Internacional Cervantino (FIC) transforma esta ciudad colonial en el epicentro de la cultura universal, reafirmando que el arte es una de las formas más poderosas de entendimiento humano.

El origen del festival se remonta a los años cincuenta, cuando Enrique Ruelas Espinosa, dramaturgo, académico y promotor cultural guanajuatense, imaginó un teatro abierto al aire libre en el corazón de la ciudad. Inspirado por el espíritu humanista de Miguel de Cervantes Saavedra, Ruelas llevó las palabras del escritor español a las calles, presentando los célebres Entremeses Cervantinos en la Plaza de San Roque.

Aquellos espectáculos —espontáneos, populares y profundamente simbólicos— representaron una nueva forma de vivir el teatro: el arte que sale del recinto, que se mezcla con la gente, con el rumor de las campanas y el paso cotidiano.

De esa semilla brotó, en 1972, la primera edición formal del Festival Internacional Cervantino. Desde entonces, el FIC ha crecido hasta convertirse en uno de los encuentros culturales más importantes del mundo hispano, solo comparable con los grandes festivales de Edimburgo, Aviñón o Salzburgo.

Más allá de su dimensión artística, el Cervantino se ha consolidado como una metáfora viva del diálogo entre culturas. Es una celebración de la diversidad y de la posibilidad de que el arte funcione como lenguaje universal en tiempos en los que el ruido político, la desigualdad o la polarización buscan separarnos. En Guanajuato, el arte vuelve a tender puentes.

Quien visita Guanajuato durante el Cervantino descubre que no hay frontera entre el espectador y el artista. Las plazas se convierten en foros, los callejones en pasillos sonoros, los túneles en galerías efímeras, y los templos en escenarios para coros o ensambles sinfónicos.

El FIC es una experiencia multisensorial: conciertos gratuitos al aire libre, exposiciones de artes visuales, danza, teatro, cine, performance, talleres, conferencias, instalaciones interactivas y una vital convivencia entre generaciones y culturas.

Durante diecisiete días, la ciudad vibra con una energía que desborda los límites del arte institucional para abrazar lo comunitario, lo experimental y lo cotidiano.

Este 2025, el Cervantino celebra su edición número 53 del 10 al 26 de octubre, reafirmando su vocación universal con dos invitados de honor: el Reino Unido y el estado de Veracruz. La presencia del Reino Unido promete ser uno de los ejes conceptuales más atractivos de esta edición.

Su participación no solo reconoce una tradición literaria, musical y teatral de enorme trascendencia —de Shakespeare a Bowie, de los Beatles al arte contemporáneo— sino que también celebra la creatividad como fuerza de cambio.

El Reino Unido llegará a Guanajuato con una programación que combina teatro clásico y danza experimental, música electrónica y arte urbano, explorando los cruces entre tecnología y expresión escénica. Se espera la participación de compañías como el Royal Shakespeare Company, agrupaciones independientes de danza contemporánea y colectivos audiovisuales que exploran la relación entre arte y sostenibilidad.

Este diálogo entre lo británico y lo mexicano no es nuevo: desde los primeros intercambios artísticos en los años setenta, ambos países han compartido un interés mutuo por la innovación estética y la reflexión social. En el Cervantino 2025, esa relación se actualiza bajo una visión contemporánea, híbrida y profundamente humana.

Por su parte, Veracruz, invitado de honor nacional, representará la vitalidad cultural del Golfo de México. Con una identidad forjada por el mestizaje afroindígena y español, el estado presentará un programa que combina lo ancestral con lo contemporáneo: sones jarochos, danzones, marimbas, ritmos tropicales, y expresiones contemporáneas que incluyen performance, instalación y arte textil.

Veracruz ofrecerá además una muestra gastronómica y artesanal, talleres de zapateado y fandango, y proyectos de arte comunitario que evocan la esencia del puerto: ese lugar donde confluyen culturas, acentos, y donde el arte se transforma en una fiesta del encuentro.

Su participación es una invitación a recordar que la identidad mexicana se construye desde la diversidad y la música como lenguaje del alma.

Este año, el Cervantino reunirá a 3,458 artistas provenientes de 32 países, reafirmando su carácter internacional y plural.

Compañías de renombre compartirán escenario con jóvenes talentos, y la programación integrará propuestas multimedia, proyecciones de cine, ciencia, danza, literatura y arquitectura efímera.

En los últimos años, el festival ha hecho una apuesta clara por la interdisciplina: romper los límites entre arte y tecnología, entre creación y pensamiento. En esta edición, habrá intervenciones urbanas, experiencias inmersivas y espectáculos interactivos que buscan involucrar al espectador como parte activa del proceso artístico.

Una sección especial estará dedicada a las juventudes, con proyectos que utilizan el arte como herramienta de transformación social.

La música urbana, el arte sonoro, los visuales en tiempo real y las expresiones digitales contemporáneas ocuparán un lugar central, generando un espacio donde el público joven no solo asiste, sino participa, opina y crea.

En su esencia, el Cervantino es también una metáfora del México de hoy: un país complejo, diverso y profundamente creativo, donde conviven las raíces indígenas, la herencia colonial, la modernidad tecnológica y la sensibilidad global.

El festival nos recuerda que la cultura es una forma de resistencia, un acto de afirmación ante el olvido y un camino para construir comunidad.

Cada edición del FIC ha reflejado los temas de su tiempo: los sueños de modernidad de los setenta, la apertura democrática de los noventa, las búsquedas de identidad del nuevo milenio, y ahora, en plena era digital, la necesidad de reconectar con lo humano.

El Cervantino 2025 se concibe así como un laboratorio de la sensibilidad contemporánea, donde el arte no solo se exhibe, sino que propone preguntas, conmueve y transforma.

Detrás de cada escenario, hay una enorme infraestructura que articula instituciones, artistas, gestores, técnicos, voluntarios y comunidades locales.

El festival genera miles de empleos temporales, impulsa la economía cultural y turística de Guanajuato, y promueve el diálogo entre universidades, museos y espacios independientes.

Además, a través de su programa “Cervantino para Todos”, el festival garantiza el acceso gratuito a gran parte de su oferta artística, reafirmando su compromiso con la democratización cultural.

En este sentido, el FIC no solo celebra el arte, sino que lo defiende como un derecho: el derecho de todas las personas a imaginar, a emocionarse y a encontrarse con el otro a través de la creación.

A lo largo de sus 53 ediciones, el Cervantino ha sobrevivido a crisis económicas, transformaciones tecnológicas y cambios políticos.

Su permanencia se explica por una razón sencilla pero profunda: su capacidad de adaptarse sin perder su esencia.

En tiempos en los que la velocidad domina la atención y el consumo cultural parece efímero, el Cervantino ofrece una pausa, un espacio para mirar, escuchar, sentir y reflexionar colectivamente.