DESIGN MIAMI 2025

Con su edición número 21, Design Miami no solo inaugura la feria más extensa de su historia, sino que cierra un ciclo fundacional: dos décadas en las que el diseño coleccionable ha pasado de ser un nicho especializado a convertirse en un eje de diálogo cultural global. El aniversario no es un cierre, sino un punto de inflexión. Y el tema curatorial de este año, Make. Believe., funciona como una declaración de principios: el diseño es ese territorio donde la imaginación se hace materia, donde la fantasía encuentra una técnica capaz de sostenerla.

De vuelta en Pride Park, el evento reúne más de 80 expositores que reafirman el papel de Design Miami como laboratorio contemporáneo del objeto, un espacio en el que la artesanía desde la más ancestral hasta la más experimental se convierte en una plataforma para pensar cómo habitamos el mundo y cómo podríamos transformarlo.

Bajo Make. Believe., la feria propone mirar la creación no como un acto de evasión, sino como un ejercicio de reconstrucción. La fantasía no escapa de la realidad: la reorganiza. En ese espíritu, la artista Katie Stout despliega un carrusel interactivo inmerso en un ambiente de espejos que multiplica la percepción y convierte el espacio expositivo en un teatro de posibilidades. Esta obra, parte de la Design Commission del Miami Design District, propone un diseño que invita al juego: no se contempla, se experimenta.

El acento en lo lúdico aparece también en la propuesta de The Future Perfect, donde la materia se vuelve un campo de juego interdisciplinario. Luminarias escultóricas de Karl Zahn, la primera mesa de comedor de D’Haene Studio, y una colaboración de joyería con el imaginario de Charles Schulz, subrayan una idea central de la feria: el diseño coleccionable no solo produce objetos, produce mundos.

Entre los Special Projects, PALAZZO, de Mathieu Lehanneur, se impone como un espacio coreografiado: un conjunto de piezas que combinan elegancia y humor, como el sofá Familyscape con su cojín-bolso o la luminaria Guernica, que reinterpreta la flor como dispositivo lumínico. Estos gestos revelan cómo el diseño contemporáneo oscila entre la funcionalidad y el guiño simbólico.

El énfasis en materiales reflectantes metal, vidrio, espejos construye una estética expansiva. Obras como Oculus (2025) de Jaydan Moore, hecha con charolas plateadas superpuestas en un monumental tapiz circular, transforman objetos ordinarios en meditaciones sobre el tiempo, la circularidad y la permanencia. Al mismo tiempo, las piezas de Cimone Kind Berman o de Vezzini & Chen tensionan la frontera entre objeto utilitario y arte, proponiendo luminarias que funcionan como portales simbólicos entre lo ancestral y lo futurista.

Los Best of Show Awards refuerzan la dirección estética e intelectual de la feria. Friends Artspace recibe el reconocimiento a la mejor expresión temática por obras que reivindican técnicas heredadas desde la carpintería japonesa hasta la fabricación histórica de escobas para convertirlas en esculturas que honran lo imperfecto y lo íntimo.

Por su parte, Charles Burnand Gallery obtiene el premio a la mejor presentación de galería con Monuments of Ether, un conjunto que abraza lo especulativo. Sus piezas parecen provenir de un futuro remoto donde los materiales han adquirido un comportamiento casi espiritual.

El premio Best New Voice, otorgado a Galerie Signé, confirma la importancia de las nuevas generaciones: voces que se atreven a cuestionar, expandir y complejizar la tradición del diseño.

Para su aniversario, la feria mira hacia adelante con Design Miami 2.0, curado por Glenn Adamson, un proyecto que funciona como manifiesto de la próxima década. Reúne ocho voces que están reescribiendo el futuro del diseño desde el riesgo, la exploración formal y la investigación material.

La presencia de Stephen Burks, Victoria Yakusha, Jack Craig y otros diseñadores no solo celebra el presente: traza las coordenadas del nuevo mapa del diseño internacional.

En su edición 2025, Design Miami reafirma una intuición que define al diseño contemporáneo: crear es un acto de fe. Creemos en lo que hacemos y hacemos aquello en lo que creemos. En ese doble movimiento, el diseño se vuelve lenguaje, herramienta, memoria y porvenir.

Make. Believe. no es solo el título de la feria. Es un recordatorio de que el diseño, como la imaginación, sigue siendo una de las formas más poderosas de transformar el mundo.