
Manuel Felguérez integrante de la llamada Generación de la Ruptura, conformada por un grupo de artistas que contravinieron los preceptos nacionalistas del muralismo y reaccionaron en contra la Escuela de Pintura Mexicana durante la década de 1950. Fue pionero del arte cibernético en México.
Esta muestra cuenta con obras elaboradas por Felguérez en los años setenta que surgen como resultado de varios de sus proyectos, entre ellos La máquina estética (1975-1977), una investigación artístico-científica que desarrolló en la Universidad de Harvard, con apoyo de la beca Guggenheim, y en colaboración con el ingeniero en sistemas Mayer Sasson. Durante tres años, ambos diseñaron modelos matemáticos para convertir información estilística en datos numéricos, haciendo uso de la geometría, las matemáticas y la cibernética para elaborar un sistema que generara diseños con un gran número de composiciones posibles. La exposición presenta algunos bocetos arrojados por este sistema, así como pinturas y dibujos que Felguérez hizo a partir de ellos. Destaca la exhibición de esculturas cinéticas de metal policromado cuya principal característica es la abstracción geométrica en sus formas. Estas piezas son fundamentales para comprender el modelo estético del artista, desarrollado principalmente durante la creación de La máquina estética.
La exposición cuenta con una maqueta realizada para La fábrica del arte (1972), un proyecto escultórico que realizó para La montaña sagrada (1973), una película de ciencia ficción y con temática surrealista dirigida por Alejandro Jodorowsky. También, se presentan modelos de esculturas públicas, tanto aquellos elaborados con cartón en una primera etapa de fabricación, como esculturas de mediano formato fabricadas con metal.

Para ahondar más les compartimos este texto:
Por Pilar García
*El conjunto de obras de Manuel Felguérez (1928-2020) que ahora se presenta da cuenta de dos importantes vertientes de trabajo de corte más experimental, realizadas a fines de los
años sesenta y durante la década de los setenta. La exposición incluye piezas que incursionan en torno al arte cinético y otras que forman parte del proyecto de la Máquina estética. En ambos casos, Felguérez responde a la necesidad de crear obras acordes a una cultura moderna interesada en el dinamismo y la tecnología que determinaron la transformación de la vida urbana, pero también afines a los nuevos paradigmas del arte moderno y contemporáneo en cuanto a la experimentación de soportes, la inclusión de nuevos materiales industriales y sobre todo a la redefinición de la relación entre la obra y el espectador al incluirlo como un agente activo en su participación.
Hacia 1967, Felguérez comenzó a interesarse en producir obras asociadas al arte cinético. Ya sea por medio de un sistema mecánico, por un componente lumínico o manipulado por el espectador, el artista creó objetos que a través de sus partes sugieren un movimiento real o ilusorio. En varias ocasiones, incorporó a sus piezas patrones visuales que provocan efectos ópticos vibratorios. Con estas premisas, Felguérez creo piezas que participaron en exposiciones como Kalicosmia 67, que abordaba el tema del hombre y el plástico y que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno (MAM), así como el Tercer Salón Independiente para el que realizó dos esculturas cinéticas y un mural en Guadalajara. Un gran número de obras que ahora se exhiben formaron parte de una muestra individual que se llevó a cabo en la Galería Juan Martín, en 1971. En estas piezas, resalta la incorporación del espejo o materiales reflejantes que se convierten en un elemento central en la práctica artística de Felguérez de estos años, ya que opera como un dispositivo multiplicador de espacios que le permite incorporar una dimensión más a sus obras y a la vez acentúa el deseo de atender la experiencia del espectador y sumarlo a la percepción de éstas. A pesar de que entonces el cinetismo se consideró como un importante movimiento de transformación del arte, y que artistas como Julio LeParc o Víctor Vasarely tuvieron exposiciones en instituciones mexicanas, su valorización y estudio sufrió una falta de atención en la historia del arte. Es por ello que piezas como estas son poco conocidas.

Siguiendo la idea de multiplicar el espacio, Felguérez presentó en el MAM la exposición El Espacio múltiple (1973), en la que mostró una serie de obras que daba cuenta de conceptos geométricos y cromáticos con el fin de alcanzar una idea simple y concreta que desarrollaría en varios soportes y materiales – pinturas, relieves, esculturas únicas y múltiples. Este proyecto antecede a la invetigación de La máquina estética que Felguérez trabajó con la Universidad de Harvard y que lo convirtió en pionero de la exploración de la inteligencia artificial en México y en la búsqueda del empleo de la computadora como dispositivo de trabajo para fines creativos. En colaboración con el ingeniero en sistemas Mayer Sasson, lograron generar un programa de computo basado en la aplicación de la teoría de identificación de sistemas. A partir de la obra pictórica de Felguérez, se constituyó un modelo estético —resultado de un estilo desarrollado durante veinticinco años de trabajo geométrico—en el que se establecieron parámetros específicos, formales, métricos y de color para que, de manera combinatoria, la computadora arrojara un extenso número de composiciones posibles de modo aleatorio. Así, fue factible producir cientos de piezas en un solo día que el artista replicó en distintos soportes y formatos.
Acompaña a estos núcleos de obra, una serie de esculturas de pequeño formato, maquetas realizadas en cartón, que permiten comprender el proceso creativo del artista.
Esta exposición pone en evidencia el entrecruce entre arte y ciencia que Felguérez mantuvo en estos proyectos como parte importante de su trayectoria artística. A la vez, permite conocer obras poco difundidas de uno de los artistas claves en la conformación del arte moderno y contemporáneo de nuestro país así como elaborar nuevas lecturas del arte mexicano en relación con los conceptualismos del cono sur.*

Sobre Manuel Felguérez, (Zacatecas, 1928 – CDMX, 2022).
Fue un pintor y escultor mexicano. Estudió en la Academia de San Carlos, de la cual salió meses después por su desacuerdo en el énfasis que se hacía de la Escuela Mexicana de Pintura. Posteriormente continuó sus estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda, en l’Ecole des beaux arts de París gracias a una beca del gobierno francés, y se integra al taller de escultura de Ossip Zadkine. A su regreso a México se une al primer movimiento de artistas abstractos nacionales que forma parte de la Generación de la Ruptura. Desde 1956 se desempeñó en el ámbito académico dentro de diversas instituciones como la Universidad Iberoamericana, la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM (1970) y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. A lo largo de su trayectoria, Manuel Felguérez fue merecedor de diversos premios y reconocimientos, entre los que destacan el Premio Nacional de Artes de México (1988), la beca de la Fundación Guggenheim y el Gran Premio de Honor de la XIII Bienal de São Paulo, Brasil (1975); además fue nombrado Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca (1993) y obtuvo la Medalla Bellas Artes (2015).
Con esta exhibición, Proyectos Monclova da continuidad a su interés por revisar, exponer y mostrar a nivel nacional e internacional el trabajo de los artistas que han pertenecido a la llamada Generación de la Ruptura, como es el caso de Manuel Felguérez y Fernando García Ponce, cuya obra se ha abierto al mercado extranjero a través de la participación de la galería en ferias internacionales. Con esto se reafirma el compromiso de la galería por dar a conocer y destacar el trabajo de artistas mexicanos que son fundamentales en el desarrollo de nuestro arte contemporáneo, como es el caso de Helen Escobedo, Ángela Gurría y los artistas ya mencionados.
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