
“Esto, con el tiempo, parece olvidarse. Uno trata de olvidarlo. Lo que no se olvida es llegar a saber que el que hizo aquello está aún vivo, alimentando su alma podrida con la ilusión de la vida eterna. No podría perdonar a ése , aunque no lo conozco; Pero el hecho de que se haya puesto en el lugar donde yo sé que está, me da ánimos para acabar con él. No puedo perdonarle que siga “ ….
Juan Rulfo.
La Bienal de Fotografía es uno de los proyectos pilares de este recinto de la Secretaría de Cultura, a través del cual se puede conocer la fotografía actual en el país. Este certamen es al mismo tiempo un medio que ayuda a comprender las transformaciones de la imagen en términos conceptuales, técnicos y materiales.
Con un total de 24 proyectos conformados por 295 piezas, fue como se conformó parte de la XVIII Bienal de Fotografía inaugurada este 6 de diciembre, exhibición que ahora se encuentran en en el Centro de la Imagen. Fue Oswaldo Ruiz con Nos han dado la tierra, uno de los artistas que resultaron los ganadores del Premio de Adquisición de este certamen.

En esta edición, la Bienal de Fotografía contó con un consejo asesor en el que participaron Mauricio Alejo, Laura González Flores, Vicente Guijosa, Domingo Valdivieso y Vida Yovanovich. A su vez, el jurado estuvo integrado por Silvia Gruner, Juan Antonio Molina, Ambra Polidori, Pedro Tzontémoc y Javier Ramírez Limón, recientemente fallecido, quien fue un colaborador activo del Centro de la Imagen.
En estos tiempos en el campo del territorio mexicano, la milpa tradicional se está sustituyendo por el monocultivo y la biotecnología: con semillas modificadas y patentadas, agroquímicos y pesticidas. Esta transición es patente en el ejido San Isidro, Jalisco, pueblo ubicado en el mítico Llano Grande, zona en la que el gran escritor Juan Rulfo se basó para escribir El llano en llamas y cuyos habitantes mantienen una lucha jurídica contra la ocupación ilegal de sus tierras por la empresa trasnacional Nutrilite, junto a otras que han empezado a ocupar la zona, como Monsanto, Desert Glory y Nature Sweet.
El título de la serie proviene del primer cuento de El llano en llamas, con la ironía del reparto de tierras, zonas yermas donde antes no se podía extraer agua. En este lugar diversas fuerzas se enfrentan a un momento de cambio entre una práctica tradicional y la producción biotecnológica cuyas consecuencias parecen irreversibles.

A través del trabajo fotográfico de Oswaldo Ruiz se pueden apreciar las tensiones entre estas dos maneras de cultivo. Por una parte se encuentra uno de los ejidatarios en pelea por sus tierras, Don José, sosteniendo una quijada de borrego como arma. Son imágenes de invernaderos de monocultivos, tierras restringidas, hipertecnificadas, áreas de trabajo regadas con agroquímicos: pesticidas, herbicidas y fertilizantes hipertóxicos que no pueden tocar la piel humana pero que se utilizan para cultivar alimentos, junto a una milpa tradicional envuelta en nailon. Se encuentran imágenes de lo que estas tierras dan, desde fuego, zanjas y animales hasta tepalcates prehispánicos encontrados durante la siembra.
El maestro Oswaldo Ruíz forma parte de la galería Patricia Conde, a lado de grandes artistas como Flor Garduño y Dulce Pinzón. Ruíz estudió arquitectura, profesión que pronto abandonaría para dedicarse a la fotografía. Interesado en ampliar sus conocimientos, realizó estudios de posgrado en psicoanálisis, filosofía e historia del arte en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y posteriormente, cursó en 2006 la maestría en Bellas Artes del Central Saint Martins College de Londres.
Su trabajo se ha desarrollado desde hace 20 años por medio de ensayos visuales sobre el paisaje cambiante de México, enfocándose en las relaciones entre el espacio y su dimensión política, interesado en la manera en que la construcción del lugar da sustento a la ideología. Sus imágenes exploran las complejidades del entorno construido y las estructuras donde prevalece la violencia por medio de transformaciones del territorio, basadas muchas veces en el abuso y el despojo. Para él, la manera en que los materiales (en particular el concreto) se convierten en una metáfora física de la estructuración ideológica, una construcción mental que antecede a la material.
Para ver más a fondo el trabajo de Oswaldo Ruíz, asiste a la muestra de la Bienal de Fotografía en el Centro de la Imagen: Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico, 06000 Cuauhtemoc, CDMX.
También en la galería Patricia Conde: Calle Gral. Juan Cano 68, San Miguel Chapultepec I Secc, 11850 Ciudad de México, CDMX.