“A la altura de J.D Salinger, Terry Pratchett, Nick Hornby o Monty Python. Esta novela es una auténtica maravilla infernal”. (Ulrich Sonneschein, Franckfurter Rundschau).
Bajo el seudónimo de “einzlkind”, el autor de esta obra mantiene su anonimato, hasta tal punto que ni los propios editores saben nada sobre él. En ningún momento ha llegado a descubrirse, facilitando únicamente su mail personal como forma de contacto. Tal es la atmósfera de misterio que envuelve al autor que resulta sorprendente que él mismo se describa como un “no fumador militante de gran sobrepeso” y, sin embargo, una foto nos muestra a un hombre delgado y rodeado de humo.
La revista Der Spiegel recalca este halo misterioso: “Un manuscrito que llega, un autor desconocido que se esconde bajo un pseudónimo muy particular y un golpe de suerte para el editor berlinés Klaus Bitterman quien, con El viaje involuntario de un suicida por afición ha tocado el cielo”.
A Harold le gusta suicidarse. Y es que se ahorca una vez al mes, durante la primera quincena, nunca si cae en martes y siempre antes de las nueve de la noche. Tiene la misma afición que su tocayo de Harold y Maude, una película estadounidense de los años 1970. Es lo único en lo que coinciden, pues Harold vive en Londres, tiene cuarenta y nueve años y acaba de perder su puesto de trabajo como vendedor de salchichas. Los jueves juega al bridge con tres señoras mayores. Es un hombre raro, quisquilloso y asustadizo que no se ha atrevido ni tan siquiera a entablar relación con mujeres. Una vida muy normal. Hasta que su nueva vecina se presenta frente a su puerta y le ruega que se quede con su hijo Melvin durante una semana. Pero Melvin no es un niño cualquiera. Ha leído cientos de libros y memorizado palabra por palabra cada uno de ellos en su cerebro de once años, un pequeño monstruito superdotado, algo así como una mezcla entre Hegel y Einstein con una lengua tan afilada como la hoja de un cuchillo. Melvin busca a su padre, y Harold accede a acompañarle en un recorrido a través de Inglaterra e Irlanda, donde se encontrarán con personajes de lo más variopintos. Un delirante viaje en el que el lector irá de la mano de la más extraña pareja con una pregunta de trasfondo: ¿encontrará finalmente Melvin a su verdadero padre?
“Queremos destacar que no ha habido un libro tan ingenioso y divertido en años anteriores. Sin caer en el sentimentalismo einzlkind describe con empatía la tristeza de este viaje que, sin embargo, siempre vuelve a divertir y a hacer reír enérgicamente.” (Oberösterreichische Nachrichten).
Aquí puedes leer un fragmento de la obra http://www.siruela.com